EL VIENTO EN LOS CAMPOS DE MIMBRE. ANA MARÍA MANCEDA
Estoy transitando los campos de mimbre, el viento produce una llamarada roja.
Yo en el medio, creo doblarme, ondularme pero sigo rígida, quieta.
Puedo observar los amores caídos.
Es la hora de las despedidas, el crepúsculo adquiere el rosado
de la inocencia e invade la llamarada.
Cuando quiero aferrarme a los nuevos brotes, éstos se elevan en el aire.
Debo decidir, o me doblo o me quiebro, las lágrimas no son suficientes
para apagar el rojo campo de mimbre ondulado por el viento.
Y me elevo en el aire.***
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