“ LOS
JAZMINES TAMBIEN PERFUMAN LA
OSCURIDAD ”
Mención de Honor en concurso “1°
CONVERGENCIA NACIONAL DE CUENTOS JUNINPAIS 2002) Editado en antología
Editorial”EDICIONES DE LAS TRES LAGUNAS”. Junín.Pvcia.Buenos Aires.
autor: ANA MARÍA MANCEDA
El calor la asfixiaba. Desde el patio le llegaba el aroma de los
jazmines del país, penetrando y perfumando su piel. Se oía la estridente
sinfonía que producía el croar de las ranas. Corrió suavemente la cortina de
encaje; la negra Tomi, como Rosarito la llamaba, cruzaba su pesada silueta por
entre las vasijas repletas de flores y esquivando diestramente el aljibe, hacía
equilibrio con una gran fuente repleta
de pasteles que tenuemente brillaban de almíbar «Seguramente los lleva para las habitaciones
de la servidumbre, allí entre murmullos y suspicacias sobre la vida de los
patrones, entre risas pícaras y bebiendo chocolate o tés de yuyos humeantes,
vaciarían la bandeja, las muy diablas» , pensó la joven.
La oscuridad iba
cubriendo la ciudad, Rosarito apagó las velas del candelabro y con una amplia
capa negra se tapó el primoroso camisón de blancas puntillas que cubría su
juvenil cuerpo. Su pelo castaño quedó oculto bajo la capucha del abrigo. Salió
sigilosa, la noche nublada presagiaba lluvia, nada le importaba, su ilustre
Tata estaría charlando y bebiendo licores con sus amigos en la sala, dejando
caer miradas lascivas sobre las caderas y pechos de las púberes esclavas. Su
religiosa madre rezaría el rosario,
arrodillada ante el altar que dispuso en su cuarto, rogando por la bendición de
la virtud de su hija.
Se adentró por las calles barrosas,
desoladas, apenas iluminadas. Sentía la libertad en su cuerpo y en su alma.
Salía a sentir la vida. Los olores eran más fuertes lejos de las rejas y los
muros de su poderosa familia. Las risas,
el sonido de los tamboriles, reemplazaban
a las tertulias de intrigas políticas que predominaban en su casa. Quedaban en otro espacio, distantes, el sonido de su piano, el aleteo de los
abanicos de las damas que tapaban el
rubor ante un comentario indiscreto, el rum-rum de las sedas y satenes,
deslizándose por los baldosones.
Luego de andar unas cuadras, sintió unos pasos
que se le aproximaban, su cuerpo se estremeció, creyó desfallecer y se apoyó
contra un viejo portal. Los pasos se acercaban, luego el silencio. Todo era
oscuro, pudo sentir el olor y la calidez de ese cuerpo tan deseado que a su vez
quedó impregnado del perfume a jazmines de la joven. Las blancas puntillas
resaltaban aún más entre las caricias de las oscuras manos de José. El
torbellino sensual de los movimientos y
las quedas palabras amorosas fueron
aquietando la pasión, de manera sutil regresó el silencio, solo
quedaba la débil vibración de las
respiraciones entrecortadas.
El
regreso fue escondido, ligero. La llovizna cómplice atenuaba el poco ruido que
producían los pasos juveniles. Ya dentro de la casa, al pasar por la habitación
de la negra Tomi, escuchó la música y las risas. No soportó dejar de compartir
y sin dudarlo abrió la puerta y entró. Las negras transformaron sus caras de
alegría en las de terror, Rosario les hizo un gesto de silencio con su dedo índice sobre su
besada boca y un ademán como que sigan la fiesta y la fiesta siguió. La niña
tomó un pastel almibarado y lo comenzó a saborear plácidamente, mientras Tomi
le alcanzaba con sus morenas manos una taza de humeante té. Se miraron, Tomi le
sonrió y Rosarito satisfecha de tanto placer observó que la negra tenía la
misma sonrisa que su hijo José.***
Excelente, si es que entendí bien. ¿Rosarito se encontraba con el hijo de la "negra Tomi", sin saberlo? En esa época hubiera sido escandaloso...guay!
ResponderEliminarEsperemos que no surja un pequeño José de esos encuentros secretos. La mamá la manda a un convento para parirlo! Y luego Rosarito se tendrá que casar con un viejo ricachón, que la comprará por poca plata, sin importarle que ya no sea virgen. Abrazos!
Está bueno, las familias muy conservadoras tenían tantas intrigas y "pecados" más crueles y misteriosos que en la vida de la gente común de esa época. Gracias por tu comentario. Cariños
Eliminar