LOS OJOS DE LOS HIJOS SIN HOGAR. ANA MARIA
MANCEDA
La Injusticia se mueve ondulatoria
como alas de cuervos expectantes.
Las Leyes reposan inertes o volátiles,
entre nieblas de indecisión y miedo.
La realidad golpea cruenta y trágica
en una región abrumada de riquezas
bastardeando la belleza de la vida.
Para el hombre
un hogar es el abrigo de la tierra.
Un hogar es la meta atávica
por la que viajaron nómades
a geografías ignotas del planeta.
Los ojos de los hijos sin hogar
tienen el color de la desesperanza
y la mirada agónica ante las leyes
que reposan inertes de indecisión y miedo.
Al negar a un solo grupo humano
negamos a toda la humanidad
vejamos la espiritualidad, aniquilamos
el germen del equilibrio social.
Ser solidario no es hacer beneficencia.
Ser solidario es brindar dignidad, eleva
nuestro intelecto.
Quizás logremos encender en los ojos
de los hijos sin hogar la luz,
la mágica y poderosa luz que nos debemos. ***
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